REMY
The Return of Planet X

©2017 Deserted Island Music

01- Movement I - Orbits of Planets 11:48
02- Movement II - Apogee 6:55
03- Movement III - Nibiru’s Orbit 13:05
04- Movement IV - Anunnaki 11:38
05- Movement V - Perigee 15:47
06- Movement VI - Nibiru Cataclysm 12:40
07- Movement VII - After the Deluge 2:14



 

Un año después de la publicación de su trabajo Fears, el holandés Remy nos sorprende con un nuevo disco en solitario, bajo el título de The Return of Planet X. La inspiración de este nuevo trabajo proviene de las reflexiones del propio autor sobre las teorías y profecías (principalmente proveniente de los Mayas) que pronosticaban un cataclismo planetario para el año 2012. Dichas ideas le llevaron a investigar sobre el Planeta X, conocido con el nombre de  Nibiru  por los antiguos sumerios hace más de 5000 años. Así, según la leyenda de esa antiquísima civilización y que ha llegado hasta nuestros días, Nibiru pertenecería a una galaxia cercana a la nuestra, que entra en contacto con la Vía Láctea cada 3600 años. En cualquier caso, Remy se sintió intrigado por dicho planeta y los enigmas que esconde, decidiendo, finalmente, transformar sus pensamientos en música. Fue así como  el 19 de Mayo de 2012 (es decir, el año estimado de entrada de ese planeta misterioso en nuestro Sistema Solar), Remy actuó en un evento único junto al renombrado sintetista, también holandés, Ron Boots, en la Gran Catedral de Haarlem, su ciudad natal (conocida como en neerlandés como  Grote of St. Bavokerk). El concierto fue dividido en 3 largas partes, y en él participaron, además de Remy (sintetizadores, piano y Órgano C. Müller) y Ron Boots (sintetizadores) los siguientes músicos: Wouter de Ruyter y Dick Bijlsma (violín), Martine de Ket, (cello), Eric van der Heijden, (sintetizadores y órgano C. Müller) además de Harold van der Heijden (batería y percusiones). Todos ellos fueron acompañados por un coro de 10 personas.

 

Fruto de las grabaciones de aquel evento (algunas partes compuestas por Remy y Boots, otras directamente improvisadas por el autor), nace The Return of Planet X que, si bien no es un disco en directo propiamente dicho, recoge las grabaciones de parte de lo que allí se interpretó. La parte que fue compuesta e interpretada por Ron Boots, por cierto, aparece publicada en su trabajo titulado Signs in the Sand.

En lo estilístico, este trabajo (dividido en 7 movimientos) no escapa de un claro sabor electrónico, por la  gran presencia de sintetizadores, pero con el adecuado contrapunto aportado por el piano, los coros, y las partes impresionantes aportadas por el gran Órgano C.Müller de la Caterdral. Estilísticamente es relativamente oscuro. Ya el primer movimiento empieza como una especie de preludio de cuerdas muy evocador, triste quizás, donde violines y cello toman gran protagonismo, hasta que las percusiones y una ligera secuencia a medio tiempo van ocupando el espacio sonoro de forma progresiva.

El segundo movimiento mantiene un esquema similar, donde acordes de cuerdas dibujan un colchón sonoro sobre el que secuencias a medio tiempo puramente electrónicas terminan adquiriendo protagonismo hasta que el coro humano final, con armonías ligeramente disonantes, da paso al tercer movimiento. Esta tercera parte, cuyo título hace referencia a la órbita del planeta Nibiru está basado en una insistente secuencia de acordes repetitiva aderezada con el piano de Remy, que permanece en segundo plano durante los 13 minutos del corte. El cuarto movimiento, dedicado a los habitantes del planeta, los llamados Anunnaki según los sumerios, dibuja un paisaje oscuro, también basado en una concatenación de 4 acordes y donde el piano vuelve a tener presencia, no tanto como una melodía estudiada si no como una improvisación. El movimiento 5 comienza con un sonido procesado muy similar a una guitarra acústica aunque tratado como si de una secuencia estilo Berlin School se tratase. Siendo un corte menos "oscuro" que el resto, termina con un largo solo-melódico muy electrónico. En el sexto movimiento parece apreciarse la formación clásica de Remy en su inicio, dando paso a los dos minutos a unas voces sutilmente tratadas con vocoder que, sin duda generaron un ambiente muy especial en el concierto original y representan el cataclismo producido por el planeta. La segunda parte de este movimiento está representada casi en su totalidad por el impresionante sonido del órgano de la catedral, que va cogiendo fuerza para dar paso el último movimiento, el séptimo y más corto, dos minutos de epílogo donde el mismo órgano es acompañado por sonidos de cuerda y armonías oscuras.

 

©2017 Jorge Sergio